Venecia es como un vicio, porque casi no le gusta a uno, casi no le puede gustar a uno, pero se reincide y se reincide (no por perversión) sino porque se comprende (se siente) que allí hay algo que necesita salvarse; quizá se reincide en el vicio por eso, para que no se pierda.
Ramón Gaya. 21 de enero de 1953. en Venecia. De Anotaciones del diario inéditas. OC. Pre-Textos.
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