Seguramente sea ésta la imagen que menos represente a Ramón Gaya, a nuestro amigo Ramón, pero hemos querido utilizarla como primera de este blog por dos razones: primero porque es la realidad de su vida carnal, lo que nos queda de él y representa el lugar donde, aún aturdidos, volvemos para recordarlo y sentirlo cerca; y segundo porque a partir de ella, de este su silencio material, ya sólo nos queda el consuelo y la emoción de seguir oyéndolo a través de su obra.Este blog -y estoy viendo a Ramón sonreírse ante nuestro cerrilismo tecnológico-, lo hemos creado un grupo de amigos para intentar seguir manteniéndonos unidos en torno a su vida, a su obra y al vivo recuerdo de su persona.
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