Siguen aún pinceles y colores
donde tú los dejaste, taciturnos
en sus tarros de arcilla, en una mesa
cubriéndose de polvo poco a poco.
También el caballete, tan vacío,
es andamio sin casa, solo forma.
Que nadie, sin embargo, desbarate
ese oscuro rincón. A su manera,
mientras sigan reunidas tales cosas,
parecerá que el mundo va a ordenarse
deteniendo su curso como entonces,
y la luna a girar sobre sí misma.
Andrés Trapiello
2 comentarios:
¡Qué lástima que esta poesía no tenga rima!
Tiene música también así. De las dos maneras me gustarían.
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