"Me impresionan especialmente los últimos, ultimísimos bodegones de Gaya, ajenos a cualquier convención -incluida la propia- e invadidos, hay que insistir por el asunto, por el blanco. En ellos la pintura se despoja, se desnuda, se esencializa, se reduce a muy poco: a una ramas en el desvaído amarillo juanramoniano de El perejil (1994), a la quintaesencia mallarmeana del Abanico y rosas (también de 1994) y perteneciente a la colección del IVAM".
Fragmento del texto de Juan Manuel Bonet para el catálogo de la exposición: Ramón Gaya "La hora de la pintura", organizada por la Fundacio Caixa de Catalunya en su sede de La Pedrera de Barcelona, Julio-Sept. 2006
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