No. Los cuadros de Ramón Gaya no actúan como estímulo sobre el sistema nervioso, ni llaman a despertarse a los monstruos adormidos en la subconsciencia, ni estremecen violenta y superficialmente el alma, ya que la violencia en el arte es siempre superficial, ni se dirigen, tampoco, a la conciencia proponiéndole cuestiones sociales, morales, de conocimiento, que esto puede ocurrir después, pero sólo después de haber sucedido algo y aún algos, si quien los mira ha sabido quedarse ante ellos, simplemente. Quedarse; nada más.
De: "La pintura en Ramón Gaya". María Zambrano. 1960
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1 comentario:
Quedarse, nada más... y nada menos: ser.
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