miércoles, 30 de junio de 2010

RAMÓN GAYA EN EL AIRE

RG en su estudio de Valencia. 13 de abril de 2004. Foto: JB



RAMÓN GAYA EN EL AIRE

Estaba yo pensando en Ramón Gaya
Estaba yo pensando en ti Ramón
Y ya para empezar me desconciertas
Para empezar me pierdo en la maraña
De un desorden de nombres y pronombres
Pues cómo hablar de ti
De ti Ramón en tercera persona
Pero a la vez si te hablo aquí de tú
Aquí donde no estás donde no está tu oído
Donde no está tu voz
Que pudiera a su vez decirme tú
Cómo saber si no le hablo a una ficción
Si no te hago ficción
Si no te ofrezco como Mallarmé
Una copa vacía y un saludo demente
Si tutearte en mi poema
No es lo que Ramón Gaya llamaría
Una ficción de arte un arte artístico
Pues qué puede llevarme
A hablarle yo a Ramón de Ramón Gaya
Como nunca le hablé en la realidad
Qué me puede llevar
A pretender saltarme así la realidad
La realidad que Ramón dice
Que no se puede saltar nunca
Sino que siempre hay que salvarla
No es a ti es a otros
A quienes hablo en realidad
Quienes tal vez escuchen en la realidad
Pero Ramón mi terca búsqueda
Es cómo hablar de Ramón Gaya
Pero no estar hablando en tercera persona
Pues lo que yo buscaba
Cuando pensaba en Ramón Gaya
Era pensar en él pensando en ti
Era buscar el sitio que tú dices
Donde la vida sigue viva y respirando
Salvada por el arte sin dejar de ser ella
Por ese arte limpio y obediente
Que Ramón Gaya a veces prefería
Que se llamara creación
Para que no fuera a pensar nadie
Que era una confección un artefacto
El triunfo de un dominio de una astuta pericia
Mientras que para ti
La grandeza del arte es su mano vacía
Su mano de mendigo
El gran silenciamiento de sí mismo
Para que hable lo otro lo real
Lo que siempre será más que nuestra inventiva
Y sólo espera nuestra rendición
Para a su vez rendirse y darnos todo
Y así yo busco ahora el sitio
Donde al hablar de Ramón Gaya
No tenga que dejar de hablarte a ti
Y al hablarte de tú
No te esté hablando con mi arte
Mi fascinante juego de pronombres
Mi habilidad reconocida
Sino que hablen enteras las personas
Hablen como hablaría la mano del mendigo
Y al hablar a los otros lo que importe
No es si hablo de él o te hablo a ti
Lo que importe es que en eso que yo digo hables tú.

Tomás Segovia
13 sep 09

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno. Gracias