sábado, 26 de febrero de 2011

DE LA MANO

Tomás Segovia en Madrid. Enero de 2011. Foto: JB


DE LA MANO

Era mi infancia sí era mi infancia
Y la llevaba yo
Puedo decir que toda entre mis brazos
No hallaba cosa en mi entorno extranjero
Donde posarla o con que envolverla
De sus días colgaban sin suelo las raíces
Y en todo lo abarcable ningún sitio era el suyo

Era mi infancia y no se desdecía

En aquella mañana sin rebabas
En un paisaje limpio como un jardín de nadie
Avanzaba sin arma y sin coartada
Y desarmando toda enemistad

Aquella fresca brisa juguetona
Que me desordenaba los cabellos
Era tan mía como de cualquiera
Y no necesitaba apartar ningún velo
Para mirarle en los ojos al mundo
Aquella brisa clara aquel paisaje en vilo
Aquella hora sin dueño
Toda aquella indigencia sagrada eran el mundo
Y a falta de una brújula y un mapa
Era la mano de la vida misma
La que allí me llevaba de la mano.

22 feb 11
Tomás Segovia.

Esta entrada, en principio, no es relativa a la "obra, vida y pensamiento de Ramón Gaya" como reza el objeto de este blog, pero este poema de Tomás Segovia nos parece de tanta altura, tan libre, tan esencial, tan al borde, tan de él y para él, que nos gusta mucho cobijarlo en esta casa, una casa no sólo de Gaya, sino de todo aquello que Gaya representa.

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