viernes, 25 de marzo de 2016

¿Y NO ES ESO EL ARTE, CONVERTIR LAS COSAS TODAS EN ÁNGELES ETERNOS?


R.G. e Isabel Verdejo en la procesión de Viernes Santo en Murcia

Vamos a volver a nuestro rostro a ese ángel de mi suelo. Este ángel de Salzillo. Más que el ángel de La Oración Del Huerto es un ángel huertano. Pequeño y simple, parece que viene de la huerta a ser ángel. En vez de ser ángel de siempre, como los demás. Tiembla la timidez. Pero ha puesto tal inocencia, tal cariño en su falsedad, que está a punto de ser. No fue. Vive en la huerta, debajo de cada techo, y eso hace que no sea, porque un retrato debe matar al retratado, y a ti, ángel de Salzillo, te sobrevivió el modelo.
Y ya, ves, un ángel puede ser todo lo que traspase la verdad. Por eso en Las Meninas nosotros vemos dos ángeles que reverencian a la infanta niña inclinados. Y esa muchacha que asoma su cabello  de “paja a la derecha de Las Hilanderas ¿no es un ángel también?
¿Y no es eso el arte, convertir las cosas todas en ángeles eternos?
                                                                                                          
      R.G. El Ángel (Lazo de retorno), Murcia, 1934.

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