Los baños del Tevere, 1971.
Roma, 21 de mayo.
Esa especie de rencor que puede producirnos Roma no sabemos muy bien a qué se debe. ¿Acaso a su belleza carnal, terrenal, sin... espíritu? desde luego no se trata propiamente de un cansancio nuestro de Roma, sino de nuestra forzada obligación de admirarla. Lo que puede llegar a irritarnos es, quizá, su desenfadada belleza.
R.G. Diario de un pintor, 1957.
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