La fuente, 1942.
El reflejo en el agua no es nunca una copia, sino algo directo y original; esa imagen de una realidad boca abajo que ofrece el agua, no repite tontamente las cosas que están arriba, en pie, inmersas en el aire; nos muestra un rostro suyo que no es más que suyo, único, absolutamente inédito.
R.G. Anotaciones del Tevere. Roma, 1979.
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