martes, 1 de julio de 2008

SOLITARIO SIEMPRE

RG delante de "El Niño de Vallecas" Foto: JB. 1992

"Solitario, desterrado, perseguido, solitario, siempre, Gaya nos recuerda que el arte comienza por ser una fe. Quizá también sea un calvario y una epifanía. Gaya se sirve de Velázquez para justificar su vida y la nuestra. Y ese diálogo Gaya-Velázquez se nos instala ante una encrucijada estética y moral. Las cosas del espíritu que Gaya descubre ante Velázquez iluminan nuestras raíces y los muros de la amenazada casa donde todavía moramos espiritualmente. La pintura de Gaya, ante Velázquez, nos habla de la hombría y el arte más hondos: el hombre, solo, en pie, perseguido por las Furias, pero para siempre invicto y glorioso, tocado con la gracia, los dones y la luz que perdura, viaja y con ella nos lleva hasta los últimos confines de la geografía celeste de la creación."

De: "Gaya y Velázquez" de Juan Pedro Quiñonero.

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