lunes, 1 de septiembre de 2008

LOS DIFERENTES MINUTOS DE UNA HORA

RG. De la Villa Medici.1999


En "Nuevas anotaciones", del Tomo II de la Obra Completa (Pre-Textos), Ramón Gaya dice: Para una mirada superficial Vermeer puede resultar pobre y monótono. Una mujer cerca de una ventana, una luz fría y limpia, una carta, son, como se sabe, sus invariables elementos. Sin embargo, aún podrían ser más parecidos los temas de esos cuadros sin que quedara disminuida su obra, porque en Vermeer tienen tal vigor, tal vida, tal presencia, tal verdad el pliegue de una manga o la luz inmóvil sobre el respaldo de una silla, que de la más leve variación surge ya otro mundo. Sus cuadros son, podría decirse, como diferentes minutos de una hora única, esa breve hora de su vida y de su sentimiento.


Nosotros también podríamos decir sobre Gaya: Para una mirada superficial Gaya puede resultar pobre y monótono. Una copa de cristal con agua y una flores, la reproducción de un cuadro de Velázquez, una alacena con objetos, un tomate, son, como se sabe, sus invariables elementos. Sin embargo, aún podrían ser más parecidos los temas de esos cuadros sin que quedara disminuida su obra, porque en Gaya tienen tal vigor, tal vida, tal presencia, tal verdad la sombra de una jarra o la luz que atraviesa el agua de una copa, que de la más leve variación surge ya otro mundo. Sus cuadros son, podría decirse, como diferentes minutos de una hora única, esa breve hora de su vida y de su sentimiento.

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