viernes, 19 de noviembre de 2010

EL AGUA COMO SEÑAL

RG. Detalle de "Desnudo de espaldas" 2000.


R.G. Bueno, creo que hay un sentimiento pictórico; eso que yo llamo el sentimiento pictórico creo que es un sentimiento de la realidad que llega por un camino determinado. No es que yo quiera hacer una teoría, sino que me pareció entrever -esa intuición la tuve en Venecia- que quizá la realidad nos llama, nos hace señales, y que esas señales que nos hace vienen por caminos distintos. Y que hay como si dijéramos cuatro caminos -eso únicamente lo doy como una suposición, como una intuición-, y que esos cuatro caminos se corresponden con los cuatro elementos. Es decir, por ejemplo, el agua; el agua es como una señal, como un signo de la realidad y que de ahí, de esa sustancia puede provenir la pintura. El creador percibe una sustancia en la realidad que le revela el resto, la totalidad de la realidad; pero esa sustancia la recibe a través de un algo muy escondido, y a mí me parece que sería el pintor el que recibe esa llamada del agua. Y que la escultura viene de la tierra -esto está más claro que el agua, vamos-. Quiero decir que esto se ve mucho mejor. Y que quizá la poesía sea el aire, y el fuego la música, no lo sé, eso no lo sé. Porque éstos no los siento directamente sino que lo hago por extensión. Ahora, lo que sí me parece percibir claramente, puesto que soy pintor, principalmente pintor, es eso de que la pintura viene del agua.

Ramón Gaya. De la entrevista concedida a Elena Aub. Valencia, 1981


RG. "Desnudo de espaldas" 2000.

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