DE TRASCENDENCIAS

 Ramón Gaya reflejado sobre el piano en el estudio de Valencia. 28 de febrero de 2004. Foto: JB

Hemos hablado de una línea de la poesía que sería la Poesía, como de una línea de la pintura que sería la Pintura. Pero yo no soy gente en el mundo de la pintura. Y lo que me ha interesado, sobre todo, de Ramón Gaya, es que diga que hay una línea de todo, una tendencia no sólo en la pintura, o en la literatura, o en la música, sino en todo, al todo, a la vida, a un más allá de la vida... Y de esa totalidad a mí me ha parecido que debía centrarme en la trascendencia. ¿No hay en la obra de Gaya una teología, o una mística -ambas palabras seguramente desdeñadas por él-, por encima de toda estética, pero teniendo a ésta muy presente? Pues ese pensamiento teológico, o más bien místico, es el que pretendo ahora considerar, adelantando que yo iré con Gaya lejos, muy lejos, hasta ciertos límites, pero allí me despedirá diciéndome: mi cosmología no coincide con la tuya, tu sentimiento último de la vida no es el mío; yo estaría más cerca de Schopenhauer; para mí la vida es una realidad atroz que no parece conducir a ninguna parte... ni a Dios, ni a Él, ni al Cristo, sino, quien sabe, a entidades más enigmáticas. Pero, es que, ¿acaso, estas entidades enigmáticas, Gaya las desconoce? No, sin duda, aunque... ¿Cómo va a desconocerlas quien nos habla del vacío final, de otra cosa, de algo que podría llamarse la totalidad? Es verdad, pero yo creo que a esos enigmas les atribuyo significado distinto al de Gaya; incluso puede que él se encuentre más cerca de la filosofía perenne que yo.

César Simón.
De: La trascendencia en la obra escrita de Ramón Gaya.
REVISTA LITERARIA ARRECIFE, nºs 35-36, Murcia, otoño 1995 p. 63-68

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