R.G. Para una Anunciación, 2002.
En primer
lugar, yo no quiero buscar una fórmula sino descubrir y desnudar una ley, y esa
ley no puede ser nueva ni antigua, sino fija.
Yo no quiero, como ha sospechado usted algunas veces, inventar una
estética, sino comprender un principio. El principio que me parece estar
descifrando es muy simple: el arte no es la expresión del arte -como supone
André Malraux en La création artistique- ni es la expresión del
hombre, sino la continuación del hombre, y esa continuación, es decir,
esa liberación, ese arrancarnos del arte y del hombre no puede conducirnos otra vez a ellos, ni siquiera
conducirnos a un infinito (como yo mismo pensé hace años), a un infinito puro,
ya que ir a parar a un infinito sería caer en otra prisión, sino que nos lleva
a Él: nuestra única libertad.
R.G. Carta a una amiga sobre ANIMAL DE FONDO de J. R. J., 1948.
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