Es más fácil hacer el bien que ser bueno. Los que no son verdaderamente buenos se apresuran a hacer el bien, tienen necesidad y más prisa de hacer el bien que el bueno legítimo. El bueno legítimo no tiene interés, intereses en la bondad. Me repugna el bien interesado más que el mal mismo..., porque el bien interesado es un mal al que se añadió la mentira.
Ramón Gaya: De "Anotaciones no utilizadas" (Insistencias 1973-74)
2 comentarios:
¡Qué bueno! Saludos
Así somos la mayoría, interesados en vernos hacer el bien y que se nos vea.
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