Las luces del Ponte Vecchio, 1958.
Gouache sobre papel, 23 x 29 cm
Mientras tanto callejeaba por el apretado laberinto de Venecia, deteniéndome en cada uno de esos puentes casi chinos, entre útiles y caprichosos, en los cuales pasaba horas inmóvil, emocionado pero inmóvil como una tortuga, absorbiendo rareza, belleza, pringosidad, o sea, mojándome en el aceitoso veneno de estas calles, de un realismo tan inverosímil.
R.G., El Sentimiento de la pintura, 1959.
1 comentario:
Hola, se trata de Florencia, el Ponte Vecchio de Florencia. Un saludo.
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