"Diáfanos y solitarios, los cuadros de Ramón Gaya rebosan de sí mismos. Es como si de ellos se hubiera evadido el artificio de la expresión o hubiese perdido su específica condición de instrumento para dar franquía a la realidad manifestada, exprimida en los límites escuetos de la imagen pictórica, sin posible traslado a otra u otras de estirpe literaria, y un tanto de acuerdo con aquello que solía decir Albert Gleizes: “Un árbol es ingrediente de la literatura; pero la literatura no es ingrediente de un árbol”. Es como si el lenguaje hubiera agotado toda su virtualidad en el acto supremo de poseer las cosas y éstas vinieran a ofrecérsenos en sí mismas, por sí mismas y desde sí mismas."
Santiago Amón, Madrid, mayo de 1978 (Publicado en El País. Con motivo de la exposición de Ramón Gaya en Multitud, Madrid, 1978)
Santiago Amón
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