DE "TRES MURCIANOS EN PARÍS"
"En Marsella visitaron a su colega Breal, casado con una española que hizo los honores de su casa tañendo la guitarra y cantándoles unos tangos y unas sevillanas auténticas, puesto que ella es nativa de la ciudad de la Giralda.
Luego pasaron por Nimes, de donde tuvieron una impresión velazqueña, muy siglo XVII que les ha quedado gratamente en el recuerdo.
Y París.
Primero el tren, en compañía de unas muchachas risueñas. Les piden permiso para fumar en un francés correctísimo, consultando previamente ese manual que se titula: "¿Quiere usted aprender... etcétera? Las muchachas sonríen otorgando su asentimiento, porque han entendido la pregunta o porque ésta ha sido formulada señalando un cigarro sin encender. Una de ellas, señala a su vez al exterior y dice:
-La Seine."
Luego pasaron por Nimes, de donde tuvieron una impresión velazqueña, muy siglo XVII que les ha quedado gratamente en el recuerdo.
Y París.
Primero el tren, en compañía de unas muchachas risueñas. Les piden permiso para fumar en un francés correctísimo, consultando previamente ese manual que se titula: "¿Quiere usted aprender... etcétera? Las muchachas sonríen otorgando su asentimiento, porque han entendido la pregunta o porque ésta ha sido formulada señalando un cigarro sin encender. Una de ellas, señala a su vez al exterior y dice:
-La Seine."
José Ballester (Del libro: Murcia en la memoria. Historia y tradiciones. Ayuntamiento de Murcia)
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