Bisontes de Altamira
El gran arte no es nunca un problema, sino un destino; por eso se arrima tanto a la ignorancia abierta y huye del saber cerrado. El arte es Destino, y el día en que esto se llegue a comprender dejaremos de oír todo ese estúpido rosario de obligaciones que los diferentes estetas le han echado siempre encima -que el arte debe ser bello, o moral, o expresivo, o imaginativo, o copiador, o abstracto-, y se caerá en la cuenta de que el arte, como destino que es, no lo podemos construir nosotros, ni siquiera hacerlo nosotros, sino escucharlo y cumplirlo.
RG. EL SILENCIO DEL ARTE. I (La desesperación)
O.C. Tomo Iº, PRE-TEXTOS, Valencia, 1990
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