La poesía, la música, la pintura, han sido siempre realizadas por unos pocos, sí, pero en nombre de todos. Si se hubiese tenido en cuenta que el arte creador -no el arte artístico, ya que éste sí va destinado y dado a un público- no se ha hecho jamás para unas gentes, sino en lugar de ellas, nos habríamos evitado tanta palabrería sobre arte social, o minoritario, o revolucionario, o aristocrático, o burgués, o puro, o útil, o... moderno. El arte creador, hacedor de criaturas, no se dirige a nadie ni a lugar alguno conocido; podría decirse que la creación no va a ninguna parte, sino que... viene, viene de muy lejos y muy dentro hasta alcanzar una superficie real, de la realidad.
(Fragmento inédito de Naturalidad del Arte)
Ramón Gaya, 1983.
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