Mi madre no era para mi una persona, sino un lugar, un lugar seguro; perdido ese lugar, uno va dando bandazos de un lugar a otro, sin sitio, sin donde caernos muertos. Todo el terror de la muerte desparecería si pudiéramos morir en los brazos de nuestra madre; sería ése el momento que más necesitaríamos tenerla a nuestro lado.
(Original de una anotación de Ramón Gaya)
Ramón Gaya. De "Anotaciones de diario inéditas". OC. Ed. Pre-Textos.
Arriba: Postal de Pepita Pomés, madre de Ramón Gaya. 1900.
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