LA LEGALIDAD

RG. De las Meninas. 1981

FRAGMENTO DE: HOMENAJE A VELÁZQUEZ

Al acercarme a Velázquez he tenido que apartar y quitar de encima de su obra, no un tópico, sino muchos, ya que nunca se falseó y obstaculizó una gran verdad con verdades tan pequeñas, verdades tan míseras, verdades tan mezquinas.
Hoy, a este portugués tan andaluz me parece verlo ya directamente, y ha llegado a ser, para mí, como un centro exacto de todo. Mi fija pasión, o mejor dicho, mi compenetración absoluta con la obra, el silencio, el gesto, el ademán de Velázquez, es ya tan involuntaria, casi tan secreta que muchas veces hasta la olvido. Otras veces me sorprendo dudando y sospechando un poco de tanta fidelidad; pienso entonces que todo puede ser una obsesión, una limitación, acaso un mecanismo inútil. Pero pronto vuelvo, como un amante incurable, a lo mío. Porque, claro, no es una preferencia pensada, sino sentida, y no sentida por mí, sino en mí. No es tampoco, como pudiera creerse, una débil inclinación, una afinidad de temperamento, ni siquiera un gusto, mi gusto. ¿Es, pues, tan sólo que veo en Velázquez, como en nadie, algo que llamaríamos la legalidad?

Ramón Gaya. México 1947.

UN DÍA COMO HOY HACE SEIS AÑOS

Ramón Gaya recogiendo de manos del Rey el primer Premio Velázquez. 05 de junio de 2002. Foto: JB

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