viernes, 26 de abril de 2013

VÍA CRUCIS


“VÍA CRUCIS”


Quizá el mayor acierto de “Vía Crucis” sea haberse sabido mantener en una película de denuncia y no de propaganda; ningún partido, o ningún sistema social, pueden adjudicarse este film: en él se señala un mal y un dolor, eso es todo. Y su mejor cualidad, sin duda alguna, es la sorprendente perfección realista con que se nos pone ante los ojos el hecho. Sin embargo, a la salida del cine en que hemos visto proyectarse esta película extraordinaria, se nos ocurre preguntarnos si el tipo de emoción que hemos sentido no será demasiado parecida al que se siente viendo un noticiario, o dicho de otro modo, si su realismo no es más que un alarde de técnica, falto, en fin, de ese extraño temblor distinto que sólo sabe provocar en nosotros la obra de creación.

Ramón Gaya
México, 1 de junio de 1940
O.C. Edt. Pre-Textos




 * Aunque por un lado es extraño que en junio de 1940 Ramón Gaya pudiese ver en México este corto documental de José Luis Sáenz de Heredia (realizado a principios de 1940), tanto por lo que dice en el texto "Vía Crucis", como por otras indagaciones realizadas, pensamos que es este el documental al que se refiere el texto.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo no creo que este burdo documental de propaganda anticomunista y de afirmación de los franquistas y el clero sea la obra extraordinaria a la que se refiere Gaya.Ni mucho menos.

Anónimo dijo...

Precisamente por lo que dices de "propaganda" es por lo que me incliné a pensar que sí era el documental del texto. En cualquier caso, ¿qué otro "Vía Crucis" existe de esa época?

Juan Ballester

Anónimo dijo...

No sé a qué otro documental pueda referirse, acaso a otro que en México se hiciera por entonces como réplica a éste. De lo que estoy seguro es que éste no era. Gaya no hablaba nunca por hablar y no iba a decir de este bodrio claramente franquista y anticomunista (Incluso se ve a la Ibárruri al principio como culpable de incitar a las masas)que "ningún partido, o ningún sistema social, pueden adjudicarse este film", y mucho menos aún iba a calificarlo de "película extraordinaria", porque no hay que ser muy espabilado para darse cuenta de que no lo es ni por el forro.

Anónimo dijo...

Este blog no tiene como destino convertirse en un lugar de "discusión". Me parece muy bien tu opinión y de ahí que planteara la duda con la publicación del presente post. Pero si hablas de espabilamiento -de otros- deberías indagar en los "favores y fervores" acaecidos entre Ramón Gaya y el Partido Comunista. Los que tuvo con el franquismo ya los conocemos.

Juan Ballester