RAMÓN GAYA ENSEÑANDO UNOS CUADROS

Ramón Gaya enseñando cuadros
Cargado por JuanBallester

LA CIUDAD DE LA LA PINTURA

RG con Andrés y Miriam en el Panteon de Roma. 1993. Foto: Isabel Verdejo

Es el caso de Ramón Gaya, por muchos conceptos, único en nuestra historia reciente, cuando se pueda ver, único también en la pintura europea del siglo que acaba en estos meses. Durante ochenta años, de sus noventa, ha sostenido sólo con su pintura, y con todo lo que ésta ha favorecido, el sueño de los clásicos: un arte nuevo para un hombre nuevo, en un momento en el que, oh rara paradoja, el arte y el hombre envejecían con inusitada rapidez bajo banderas que se presentaban nuevas y revolucionaras, antes de la derrota, en tantos campos de batalla artísticos y políticos.
La única ciudad en la que ha vivido Ramón Gaya a lo largo de estos noventa años ha sido la pintura. Todo en su vida, de una u otra manera, incluso en el largo compás de espera mexicano que se llevó la mitad de su exilio, parece haber sido dispuesto, tramado, urdido para vivir en esa vieja ciudad, silenciosa y solitaria, de la pintura, y siempre que entendamos por pintura una forma de conciencia y no otra cosa. Podemos seguir sus pasos por Murcia, Madrid, París, México, Roma, Florencia, Barcelona, Valencia, descubrir su breve sombra en ciudades como Amsterdam, Viena o Londres, Cuernavaca, Aix o Granada, pero en todos los casos es la pintura la que le ha atraído hacia ellas, o sea, un grado mayor de conciencia que le ha reclamado a su mismo centro, como si dijéramos, y que en cada una le ha dado albergue y tregua.

(Principio del texto de Andrés Trapiello, “Solo pero no de espaldas”, para la exposición RAMÓN GAYA Y LAS CIUDADES, que tuvo lugar en el IVAM de Valencia en Mayo de 2000.)

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PINTURAS DE COSAS Y SILENCIO

RG. Homenaje a Isabella Brandt. 1980

“En realidad, el escribir como el pintar es siempre, según dice Edmond Jabès hablar “des cimetières des vivants, et non des morts”, y toda literatura o pintura verdadera lo hace siempre; pero aquí, en estos Homenajes de Gaya, son asunto explícito, como digo, y la manera de evocarlos es siempre un susurro, con la presencia casi permanente de una copa u otra vasija de cristal y unas flores, que componen el ofrecimiento. Y este ofrecimiento es una pintura quiète, quieta o queda, tranquila, de cosas y silencio. Ni siquiera una naturaleza muerta como luego se llamarían estas pinturas, que también están en la pintura de Gaya, sino pinturas de cosas y silencio como se llamaron en un principio. Son realmente una ofrenda, pero no ofrenda ni recuerdo de muerto, sino extensión y alargamiento de la belleza que crearon , y discurso con ella tanto del pintor como de quien mira. El pintor revisita; y nosotros, por él, revivimos y habitamos en ese ámbito de lejanía, descoloramiento, trazo esencial, color abandonado a veces, que construyen precisamente la hermosura.

José Jiménez Lozano. Fragmento de "Homenajes y difuminaciones" publicado en el catálogo "La Hora de la Pintura", para la exposición en La Pedrera de Barcelona.


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CON LOS POETAS

Ramón Gaya, poeta, rodeado de poetas en Madrid, en la Residencia de estudiantes: "Antonio Colinas, Francisco Brines, Andrés Trapiello, Felipe Benítez Reyes, Luis Antonio de Villena, Juan Manuel Bonet". Madrid, 22 de nov de 1994. Foto: JB

HACIA LA ESENCIALIZACIÓN

RG. El perejil. 1994

RG. Abanico y rosas. 1994

"Me impresionan especialmente los últimos, ultimísimos bodegones de Gaya, ajenos a cualquier convención -incluida la propia- e invadidos, hay que insistir por el asunto, por el blanco. En ellos la pintura se despoja, se desnuda, se esencializa, se reduce a muy poco: a una ramas en el desvaído amarillo juanramoniano de El perejil (1994), a la quintaesencia mallarmeana del Abanico y rosas (también de 1994) y perteneciente a la colección del IVAM".

Fragmento del texto de Juan Manuel Bonet para el catálogo de la exposición: Ramón Gaya "La hora de la pintura", organizada por la Fundacio Caixa de Catalunya en su sede de La Pedrera de Barcelona, Julio-Sept. 2006

LA HORA DE LA PINTURA

Entrada a la exposición el día de la inauguración. Foto: JB

En julio de 2006 se inaugura en La Pedrera la primera exposición restrospectiva de Ramón Gaya en Barcelona. Este es un fragmento del texto escrito en el catálogo por Juan Manuel Bonet, comisario de la muestra.

JMB: Plenitud de la vida cumplida de Gaya, ejemplarmente entregado, durante más de ocho décadas, a la religión de la pintura, a ese "boceto provisional" que fue siempre para él la pintura. Vida cargada de enseñanzas. Vida exigente, difícil, que se cruza con otras de las grandes vidas españolas -y mexicanas, e italianas- del siglo. Vida fijada en obras que dan testimonio de una de las aventuras espirituales más hondas de este siglo, y de las que hemos escogido ahora este centenar largo que se cuelga en Barcelona, en la primera retrospectiva gayesca que acoge la capital catalana, iniciativa de otro gayista de longue date, el poeta catalán Àlex Susanna. Retrospectiva que a partir del aludido soneto tizianesco, hemos titulado, tras darle muchas vueltas, "La hora de la pintura".

Fragmento del texto de Juan Manuel Bonet: "Ramón Gaya: una travesía del siglo"

Nieves Fuentes, Alfonso Muñoz, Tomás Segovia, María Luisa Capella e Isabel Verdejo, el día de la inauguración. Foto: JB

HOMENAJE A LAS PUTAS DE SOLANA

RG. Homenaje a Solana (Las putas). 1995

R.G. "...Cuando hago un homenaje, lo hago siempre desde mí, no desde la imitación de la pintura del homenajeado, pero sí que es verdad que incluso a pesar mío (yo dejo hablar al cuadro, que me parece una de las condiciones del creador verdadero: no hacer el cuadro como uno quiere, sino estableciendo una especie de pacto con la obra que se está haciendo) se me tiñe levemente del homenajeado. Cuando pinto un homenaje a Solana no me sale lo mismo que cuando hago un homenaje a un pintor chino. De todas formas, estas son cosas que yo dejo que sucedan. No me impongo imprimir, por ejemplo en este caso, un solanismo, pero el cuadro lo requiere y lo pide."

Entrevista con Ángel Montiel. El Rotativo Cultural (Murcia), 1980. Ramón Gaya de viva voz. Edt. Pre-Textos

CON LUIS TOLEDO

Ramón Gaya con Luis Toledo. Al fondo Manuel Avellaneda.

Ramón Gaya posando para el escultor Luis Toledo. 12 de dic. de 1984. Fotos: JB

"En el sentimiento propio del escultor me parecía ver el mismo pasmo ante el alma entrevista de la realidad, pero comprendía que para el escultor, ese alma era, decididamente, otra, no ya húmeda, tiernamente húmeda, sino autoritaria, firme, de Tierra maternal y ciega."

R.G. De "El sentimiento de la pintura" O.C. Tomo I. Edt. Pre-Textos.

TESIS DOCTORAL SOBRE GAYA

José Luis Valcárcel

Desde hace ya casi un año, José Luis Valcárcel Pérez (jlvalper@hotmail.com), licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Murcia, y coordinador de contenidos de la revista "Acento", realiza su tesis doctoral sobre Ramón Gaya. En la actualidad se encuentra recogiendo datos biográficos y casi a diario puede vérsele en la biblioteca del Museo Ramón Gaya realizando su trabajo.

UN CAPÍTULO OLVIDADO

Vista del campo de concentración de Saint-Cyprien. 1939

Repartiendo comida en Saint-Cyprien. 1939

En 1939, tras la derrota republicana, Fé Sanz, su mujer, que intentaba pasar a Francia con la población civil, muere en el bombardeo de Figueras, al que su hija Alicia sobrevive. Ramón Gaya y el grupo de Hora de España cruzan los Pirineos con el ejército republicano y son internados en el campo de concentración de Saint-Cyprien (Pirineos orientales).